Google Play



4 de abril de 2023

Descubren el primer ‘pegamento’ usado hace 20.000 años para sujetar flechas a sus astiles




Investigadores españoles de la UNED y la Autónoma de Madrid encuentran en puntas líticas de la cueva de El Buxu, Asturias, de un adhesivo de resina de pino que se mezclaba con cera de abeja para hacerlo más flexible




Los cazadores-recolectores del Solutrense (Paleolítico Superior) se convirtieron en expertos fabricantes de puntas de sílex y cuarcita que, con sus arcos y propulsores, empleaban para capturar cabras, ciervos o caballos. Un estudio realizado por investigadores de la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) y la Universidad Autónoma de Madrid ha descubierto ahora restos del primer pegamento empleado por los Homo sapiens de este periodo (22.000-18.000 BP -antes del presente-) para sujetar las puntas de piedra a sus astiles de madera.

Este pegamento estaría formado por resina de pino y, lo más novedoso, por cera de abeja. La cera de abeja permitiría dar flexibilidad al adhesivo, de tal forma que el arma fabricada aguantara más y mejor los impactos.

Los investigadores, que publican su estudio en la revista Journal Archeological Science: Reports, han trabajado sobre puntas de flecha líticas encontradas en la cueva de El Buxu (Cangas de Onís, Asturias), que se conservan en el Museo Arqueológico de Oviedo.

Las puntas se analizaron con microscopio electrónico. Mediante una técnica no invasiva – espectroscopia Raman- pudieron descubrir en la muesca de una de las puntas -precisamente la parte que se une al astil de madera- la presencia de estos elementos.

Pegamento analizado con láser

El espectrómetro láser Raman permite, entre otros muchas funciones, identificar compuestos orgánicos en elementos como los analizados.

Los restos del pegamento se han encontrado, concretamente, en una punta de muesca de retoque plano, característica del Solutrense superior de la cornisa cantábrica.

El resto de pegamento encontrado en estas puntas de flecha fue comparado por los investigadores con otros guardados en una colección de adhesivos naturales y que pueden ser susceptibles de ser usados para la misma función: unir los proyectiles a sus astiles de madera.

La clave del estudio reside en la mezcla de productos utilizados para crear el pegamento: resina de pino y cera de abeja. Hasta la fecha, explica el doctor de la UNED Francisco Muñoz, prehistoriador que ha dirigido la investigación, se creía que en el Solutrense los cazadores-recolectores empleaban brea de abedul como adhesivo”.

“El estudio lo desmiente”, dice. Como se ha explicado, la cera de abeja permitiría que la mezcla fuera más flexible. La resina de pino es muy fuerte y, junto a las ligaduras que empleaban para sujeta la punta de flecha a su astil, sería suficiente para la sujeción. Pero precisamente su propia fortaleza la hace al mismo tiempo más quebradiza, por lo que los Homo sapiens de este periodo recurrieron a la cera de abeja para crear un pegamento más elástico, capaz de soportar, como dicen los responsables de la investigación, los impactos de los proyectiles contra las presas.

En las puntas analizadas -se fabricaban sobre todo con sílex y cuarcita- se ha encontrado otro elemento habitual en estos pegamentos: el ocre.

Cobijo temporal

El ocre funcionaría como aglutinante de la resina de pino y la cera. Sin embargo, como las puntas se encontraron en un nivel arqueológico con gran cantidad de este material, no es posible determinar si formaba parte o no del adhesivo, por lo que la investigación se ha centrado en los otros dos elementos.

El Solutrense es una cultura de cazadores-recolectores propia del occidente europeo. En concreto, de Francia y la Península Ibérica. La cueva de El Buxu pudo ser un cobijo temporal. Los Homo sapiens acudirían allí para realizar actividades de caza muy concretas. El estudio explica, de hecho, que las piezas de caza eran tratadas dentro de la cueva, donde, incluso, se ahumarían.

Sin embargo, los ocupantes de este área tendrían sus campamentos más estables, con una ocupación más prolongada en el tiempo, junto a la costa. No sólo se dedicaban a la caza de cérvidos, sino también a la pesca de salmones y truchas de los ríos próximos.

Además de Francisco Muñoz, el estudio lo firman Mario Menéndez, Antonio Hernanz, Verónica Rubio, todos ellos de la UNED, y Carmen Gutiérrez, de la Autónoma.

Fuente: republica.com

SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS



MÁS NOTICIAS