En los últimos confines del Universo, todavía yacen los cadáveres de las primeras estrellas del cosmos. Ésta es su historia
Clarice Lispector, la escritora brasileña, tenía razón al escribir que el Universo comenzó con un sí: “Una molécula le dijo sí a otra molécula y nació la vida”, escribe en su última novela, La hora de la estrella (1977). Y no lo pudo haber explicado mejor: parece ser que con esa sucesión de sí-es estallaron las primeras reacciones químicas, que nos dieron las primeras estrellas.
Así lo confirma un equipo de astrónomos de la Universidad de Florencia (Italia), con sus más recientes observaciones sobre los últimos confines del cosmos. Publicado en The Astrophysical Journal, los científicos parecen haberse encontrado con los últimos vestigios de los primeros astros creados en el Universo, pocos días después del Big Bang. Esto es lo que sabemos.
Cadáveres estelares
Los restos de las primeras estrellas del Universo están muy, muy lejos. Tan lejos, que coinciden con los primeros instantes de nuestro cosmos, hace aproximadamente 13 mil millones de años. Parece ser que, tan sólo con helio e hidrógeno, se formaron estos astros primitivos.
A diferencia de otras estrellas, que se han formado de elementos más pesados (como carbono, oxígeno, magnesio y algunos metales), las primeras estrellas sólo tenían gases nobles para nacer. Por ello, de acuerdo con las firmas químicas que los astrónomos detectaron en estos objetos lejanos, podría ser que nos ayuden a entender cómo se formaron los primeros elementos.
Mirar profundo y muy lejos en el cosmos
Nunca antes en la historia se habían observado objetos celestes carentes de metales directamente, explican los astrónomos. Sobre todo, porque se encuentran realmente lejos. Aunque es muy posible que estas estrellas ya hayan terminado su ciclo de vida, los científicos de la Universidad de Florencia lograron ver sus restos.
Estas observaciones se consiguieron con el European Southern Observatory’s Very Large Telescope (VLT), con el que la astrofísica Stefania Salvadori y su equipo lograron ver unas nubes de gas antiquísimas. En sí mismas, escriben en un comunicado, estas formaciones cósmicas no revelan mucho. Sin embargo, la luz que emiten algunos núcleos galácticos vecinos (conocidos como cuásares) les ayudó a investigar sus entrañas.
Fue así como los investigadores concluyeron que estas nubes estaban hechas de restos estelares, o cadáveres de estrellas muy, muy antiguas —casi tanto como el Universo mismo.
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Fuente: ngenespanol.com
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